El amor y sus efectos son algo mágico en el ser humano. Cuando dos personas se atraen, nadie más existe y todo es maravilloso, nada negativo pasa por la cabeza.

De repente, llega la primera crisis de pareja a los 6 ó 7 meses. Es aquí cuando salen a relucir los defectos, esos que siempre existieron, pero no los quisieron ver. Llega el desencanto junto con un famoso reclamo: “ya no eres la persona que conocí… cambiaste”.

Lo más gracioso, es que no sólo le pasa a las parejas de enamorados. Ocurre también con amigos y hermanos, sólo que no nos damos cuenta. Cosa que sí hacemos con nuestra pareja sentimental.

LA CIENCIA LO CONFIRMA

Por esta razón, el Dr. Keith Sanford, profesor de Psicología y Neurociencias en la Universidad de Baylor (Texas, EE.UU.) estudió el caso. Analizó parejas en sus primeros meses de noviazgo, hasta matrimonios de más de una década.

Sanford evaluó más de 500 parejas y las peleas de cada una.

En primer lugar, encontró que el mayor número de peleas son por falta de comunicación y al sentirse amenazado ante una pareja crítica o demasiado exigente. Por ejemplo: una crisis financiera, no avisar en dónde está o a qué horas regresa, e incluso cómo están vestidos.

En segundo lugar, la investigación reveló algo muy interesante. Las parejas que discutían y se contentaban de inmediato, no resolvieron el problema, sólo lo ignoraron.

Por otro lado, los que controlaron la situación negativa, como alzar la voz u ofender al otro, resolvieron sus diferencias más rápido.

“Cuando uno de los dos decide pelear más, es incapaz de resolver el problema. El otro es más sensible a los comportamientos negativos… por otro lado, si se va al otro extremo de la pelea, e intenta arreglar la situación más rápido… perderá la sensibilidad de su pareja ante los comportamientos positivos”. Cuenta Sanford en el estudio.

En cualquiera de los dos casos, afirmó el investigador, uno de los dos sentirá también deslealtad o falta de atención, que como sea, marcarán el desequilibrio en la reciprocidad de la relación. Y que por ello, la pelea por el poder subyacente aparecerá.

Entre tanto, el experto calificó como ‘muy negativo’ aplicar la ley del silencio después de una pelea.

Esto se refiere a ignorar completamente a la otra persona luego de una agresión verbal. “Cuando se somete a su pareja a la ley del silencio está convirtiéndolo en un pasivo-agresivo. Una persona propensa a sufrir ansiedad e incluso problemas intestinales. Lo mejor es evitar por completo este tipo de situaciones”, recomienda.

Sin embargo, uno de los grandes hallazgos, que no necesitaba estudio, es que las parejas siempre van a discutir. Es importante escuchar a la otra persona, así no siempre se esté de acuerdo. Se trata de un constante conocimiento el uno del otro para fortalecer la relación.

Recomendaciones para resolver una discusión de pareja:

  1. Expresar su punto de vista frente a un problema.
  2. Escuchar los argumentos de la otra persona.
  3. Evitar hablar de otros problemas del pasado. Es mejor enfocarse en resolver el que se tiene en ese momento.
  4. Ponerse en la posición de la otra persona y encontrar el sentido al argumento.
  5. Evitar incluir a otras personas en la conversación.
  6. Preguntarle a la persona cómo podrían solucionar el problema.
  7. Escuchar y actuar en conjunto para evitar este inconveniente.

¿Qué se debe evitar en una discusión?:

  1. No faltarle al respeto con palabras ofensivas.
  2. Evitar mantenerse en su posición.
  3. Evitar el silencio. Responda así sea: ‘no quiero hablar en este momento.

Fuente: Emol