Ya sea porque nos gusta sentirnos exclusivos, o porque somos seguidores de esa marca, el mercado del lujo sigue cautivándonos cada día más.

A pesar de las crisis, o los desplomes económicos, las marcas de lujo no han sentido el impacto de la recesión.

Si bien es un fenómeno bastante particular que tiene sus adeptos y contradictores, viene bien comprender porque se mantienen en el top of mind.

Según cifras del Bureau of Labor Statistics estadounidense, en la última década los precios de los productos de lujo han subido un 60 %, demostrando que lo más valioso de la marca no es en si el lujo, sino el precio y la sensación de exclusividad que brinda.

Políticas que ayudan a crear una reputación

Marcas como Channel, Louis Vuitton o Hermés ni si quiera consideran en sus políticas realizar descuentos, aunque no le cierran la puerta a los outlet, son muy pocos.

La idea que encierra todo este pensamiento es que su producto es algo exclusivo, limitado y escaso.

Por todo lo anterior los mismos valen la pena, sumando a todo lo anterior un factor importante; algunas marcas como Vuitton, hace una oferta tan limitada, que en las tiendas de París, los clientes solo pueden comprar tres prendas.

Todo ese modelo se puede resumir en una frase “perder exclusividad, es perder estatus” algo que nadie en el mercado del lujo está dispuesto a hacer.

Entrar a una tienda de lujo, es afinar los sentidos para disfrutar de una experiencia, en donde los aromas y la decoración están perfectamente pensada para hacer culto a las sensaciones.

Y a ti ¿por qué te gustan las marcas de lujo?


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